martes, 10 de noviembre de 2009

Cantes de ida y vuelta


Maripepa está que se sube por las paredes. Con un “Cariño mío” comienza la carta, como si Antonio pudiera ser el cariño de nadie

"Me acuerdo de usted. Ayer estuve en el Pontón, delante de la vidriera del negocio donde pagó tanto por mis zapatos. Los llevo puestos ahora y me acuerdo de usted....”

¿Será posible? Maripepa hace memoria intentando recordar si Antonio alguna vez le hizo un regalo. Le sudan las manos, se humedecen las cuartillas que sujeta con rabia.

“¡Ay, vida mía! Estuve en el Pontón, ya le digo, en el buró del chino García, a ver si los papeles se me arreglan y pronto estoy allá, juntos los dos.”

Maripepa mira bien el sobre:

Señor Antonio Collado Gutiérrez
Calle Vicario, 2
Bienvenida (Badajoz)
España

Sí. Ese es Antonio, su Antonio. El que es suyo desde los quince y nunca le ha regalado nada. Dice que el cariño se demuestra andando y que él no sirve, que él no sabe. Hace un año de lo de América y tampoco entonces le regaló nada, y ahora esto. Dijo que había una reunión de sindicatos y Comisiones lo enviaba a él como representante de la comarca de Tentudía; luego supo que también fueron Manolo y Ramiro, y ella tan cándida. Me cago en la leche que mamaste, mamón, se dijo.

“No veo el momento de acariciarle su pelo trigueño, papito, igual que el día del parque Lenin ¿Se acuerda?...”

Y Maripepa piensa en su pelo trigueño…, su falta de pelo será, que ni de novios se puede decir que abundara. Y ella como tonta diciendo al Traga que no se pase, que la deje, que está casada, y ella como una tonta.

“Cariño, quedo a la espera de sus noticias, como siempre, que desde que se fue no me ha escrito. Pero yo lo perdono, ya me pagará en besos. Ya sabe que le quiero...”

Antonio está allí, con cara de susto. Y ella le grita que ¡qué es eso!, y él le dice que tonterías de nada, y ella que ¡aquí dice que te quiere!, y él…Bueno y...¿es malo que lo quieran a uno?
A Maripepa le hace gracia su marido, siempre se la ha hecho, y se le escapa la risa, por la ocurrencia, y porque sabe que por fin esa noche sonreirá al Traga.

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